Al día
siguiente Rubén va a las afueras de la ciudad. Trata de buscar lo que sería en
ese entonces el bosque que recorre para su casa. Vislumbra a lo lejos un
aposento extraño, una casa circular de piedra. Se acerca intrigado para saber
de qué se trata. Antes de que Rubén pudiera siquiera entrar en el terreno, sale
un anciano emplumado con el torso desnudo.
-Te
esperaba con ansias, Rubéntl-
Rubén siente
un miedo indescriptible. Se queda quieto, sin poder mover ningún músculo.
-No, yo…-
-eres
Rubéntl- dice con seguridad el anciano.
- Te he
esperado desde hace mucho-suspira y toma su caracola de color miel y comienza a
soplarla.
Desde los
alrededores llegan unos hombres tribales con unas cabezas cortadas ensartadas
en la punta de una lanza. Rubén mira con atención las caras con su expresión de
horror ensangrentando las manos de los portadores y el suelo.
Entre
muchos hombres toman a Rubén y lo ingresan en la guarida.
-Rubléntl,
bienvenido al temazcalli- dijo el anciano
Están el
anciano y Rubén dentro del temazcal. Al centro
unas piedras calientes de color rojo vivo están humeantes. El anciano separa
unas cenizas calientes debajo de las piedras con una rama y las deposita en una
copalera de arcilla oscura. En la copalera el anciano deposita misteriosas
hierbas y resinas que se queman, estas hacen un ruido estridente y emana de
ellas un aroma fuerte.
Rubéntl,
escucha estas palabras que te diré- dice el anciano- No las olvides-.
-“Los
códices dicen
Que la
gloria pasará
el pueblo
azteca perecerá
a manos de
un hombre blanco como la luna.
Los sobrevivientes
se mezclarán y serán esclavos.
Pasarán
muchos años
La flor y
canto de todos los pueblos morirá
Hambruna y
calor quemarán la tierra
Movimientos
de tierras gigantes habrá
El fin
vendrá”-
Dice al
anciano respirando. Toma un sorbo de un una cerámica con líquido oscuro.
Continúa:
-“El que
nace esas mañanas
Sea rey o
mendigo
será amante
del canto, de las risas y el arte
El que
sigue los designios, merece bienestar y felicidad
Vive contento,
respira dicha
Con
humildad se hace digno de ello
Pero el que
no sigue sus habilidades…-
Rubén
recuerda el humo envolvente. Aún siente el aroma del copal incinerado y del
temazcal.
Busca con
su visión sacerdote para de súbito encontrarse con horror, rígido. ¿Qué me
pasa? piensa. Se siente frío y pesado, vacío por dentro, sin emociones, sin
vida. Observa sus manos, son dos latas que emulan manos humanas.
Corre -haciendo
sonar sus articulaciones sin lubricar- hacia un reflejo. Lo mira y ve a un
robot.
A través de
los cristales de sus ojos, los datos fallan. Su sistema intergaláctico se ha
alterado.
Teniendo la
visión repleta de números descontrolados mira hacia afuera del pasillo que lo
alberga. Por la ventana ve un escenario increíble. El cielo está completamente teñido de
tonalidades grisáceas que cubren en su totalidad las escasas luminosidades de
las 5 estrellas fugaces que circundan el planeta. Desde las nubes negras cae
hasta el cielo una nieve manchada, que en realidad es ceniza escarchada.
Rubén camina
por el pasillo. Trata de apurar el paso, pero su cuerpo lento de robot se lo
impide. En las paredes translúcidas, un líquido plasmático muestra un almanaque
digital de los últimos acontecimientos históricos. Rubén ve solo cronología de
robot, sin rastro de humanos. Un letrero rojo llama su atención que dice: Forbiden
Art, culture and imagination.
-¡AÑO
102-ROBOT!- grita una pared.
Estando
afuera el robot camina lentamente.
-BITÁCORA
AÑO 102 ROBOT, ESTACIÓN INVIERNO- suena su cuerpo una voz de desconocida
localización.
-INFORMACIÓN
VITAL: ionosfera 102 grados kelvin, atmósfera -205 grados, 2 cataclismos en
curso, 3 minutos para el tercero.
-¡SISTEMA
DE SEGURIDAD ACTIVADO!¡SISTEMA CATACLISMO ACTIVADO!-
-Qué- suena
su voz metálica y lenta
-Solicito
información del tercer cataclismo-insiste.
-Verificando
datos –dice el sistema- 2 minutos 30 segundos contando, cataclismo 20°
Richter-.
No puede
ser piensa .
-IMPOSIBLE-
dice Rubén lentamente.
-POSIBLE-
dice el sistema- 1 minuto 50 segundos-.
Rubén
extiende su dedo en la tierra seca y resquebrajada. Encuentra tierra más
arcillosa a su derecha. Se inclina más allá y dibuja encima del polvillo.
Quizás así resulte,
piensa Rubén.
Sus dedos vertiginosamente
de ambas manos dibujan sobre el polvo un cuadro de Rubén en forma humana
paseando por las calles de México.
-CATACLISMO
EN CURSO-
El suelo se
desnivela gradual y rápidamente. Una onda expansiva destruye la primera capa de
la coraza del robot.
Rubén no se
detiene. Su organismo metálico se desintegra por los bruscos movimientos telúricos.
Se aferra al suelo con un ancla terrestre de 50 metros que su sistema abre de
una escotilla.
-¡15 GRADOS
RICHTER! ¡15 GRADOS RICHTER!-suena el sistema-¡30 segundos!-.
En el
horizonte la planicie se levanta unos 6 kilómetros. Arrasa lo que esté a su
paso y alrededor.
El joven
abre los ojos y está caminando en dirección al bosque. En la entrada hay una
esfinge de piedra. Le resulta conocida. Una estatua de un águila. Se acerca a
tocarla. Sus dedos rozan la áspera y porosa superficie. Nota las incrustaciones
de verde que tiene en sus ojos.
A su mente
viene una frase, como un golpe de rayo. La voz de un hombre mayor diciéndole:
-“Pero el
que no sigue sus habilidades de la flor y canto
Si no las
ejerce
Ignora su
destino, como decimos
Aunque sea
hijo de comerciante, rey
Sabio,
esclavo, mujer
Desperdicia
los designios
Y se vuelve
engreído
Pierde la
vida y su corazón. “
Siente el
florecimiento de los capullos alrededor suyo, eclosionando semillas de nueva
vida en una primavera palpitante. Un tumulto de flores naranjas amarillentas se
agolpan delimitando el sendero, dándole la bienvenida. Camina embriagado por el
polen que lo guía el viento . La bifurcación aparece. Rubén se queda parado en
la mitad de los 2 senderos.
-Ahora
recuerdo… jamás he elegido otra opción- musita Rubén.
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